jueves, 23 de agosto de 2018

La patrulla dulces

No es que seamos anti-dulces, pero intentamos que Lu coma lo mínimo posible. En casa no hay galletas y muy pocas veces hay alguna magdalena. Por supuesto, no hay zumos, ni coca-cola ni otras bebidas azucaradas (esto último porque no nos gustan). Nos hemos adaptado porque antes nosotros comíamos más azúcar que ahora con Lu.

Creemos que es positivo, pues ya le dan galletas en la escuela infantil, y aún peor, zumos de bote. Así pues intentamos reducirlo al máximo en casa. Pero en las "calles" existe una patrulla dulce, que reparte azúcar por doquier.

Hemos venido a ver a parte de la familia y nada más entrar por las diferentes puertas siempre aparece un dulce típico, unos caramelos, galletas, chocolates, helados... "tenemos Yogur de vainilla" (toma naturales sin azúcar, gracias), "¿le pongo azúcar en la leche o colacao?" (no, la toma sola).

En casa no hay dulces, pero cuando se los dan tampoco nos ponemos en su contra. O si salimos a una terraza y los amigos toman helado, él también; o si tomamos flan de postre, él también. Son ocasiones extraordinarias.

Está claro que dar azúcar a los niños está instaurado en el imaginario y hacer colectivo. Si vas a la frutería, no le dan una mandarina, le dan un caramelo sabor mandarina. Si vas a la panadería, no le ofrecen un currusco de pan, le dan una galleta; sales de la peluquería con una piruleta; vas a ver una iglesia y el cura le da un chupa chus. Y nunca preguntan antes de dárselo. Además a todos les hace gracia ver cómo se come la galleta en un pispas y pide "otra otra otra". ¿Por qué hace gracia que un bebé de un año pruebe unas natillas y no hace gracia que pruebe unas lentejas?

Cuando era más pequeño, siempre podías decir, "es muy pequeño para tomar eso", pero ahora es complicado, él ya sabe lo que es y ya recuerda todo. Así que imagino que la cosa irá a más.

El potencial de la patrulla dulces llega aún más lejos, llenando cuentos y dibujos, donde sus personajes parece que se alimentan a galletas y tartas pero en muy pocas ocasiones aparecen comiéndose un plato de judias verdes o una raja de sandía.

En la foto, Lu probando su primera pirueta que le dieron al salir de la peluquería. Se la comió entera.

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