miércoles, 8 de agosto de 2018

Tiempo libre ¿eso qué era? Dependencia

Ya son dos años y unos pocos meses en los que no me separo de Lu. Realmente me gustaría poder tener un día entero para mi o con noche incluida ¿por qué no? Yo sola o con mi marido.

Pero cuando uno se traslada a vivir a otro lugar, el círculo familiar y de amigos, desaparece, y por lo tanto, no puedes delegar el cuidado del bebé (ya niño) en alguien para "librar" unas horas o ese ansiado día entero.

Nuestra rutina consiste en ir a trabajar, recoger a Lu de la escuela infantil y pasar la tarde con él (jugar, baño, hacer cena y cenar, lavar dientes, cuento, dormirlo).


Cuando alguno de nosotros tiene que hacer alguna gestión, el otro se queda con él. De esta manera puedo escaparme a la peluquería a darme el tinte una vez al mes, por ejemplo. El resto del tiempo, lo solemos pasar los tres en compañía. Intentamos buscar tiempo de manera individual pero al final, nos sentimos atrapados por las obligaciones. "Si tengo un rato libre, paso por el super y compro x", "voy a pasar la aspiradora", "me depilo las piernas" o incluso "aprovecho para adelantar trabajo del curro" (este último es el peor, pero nuestro futuro laboral depende mucho de trabajar fuera de las 37.5 h de nuestro contrato).

Ese ratito de ocio del que tanto hablan los expertos, ese tiempo dedicado a la pareja a solas, prácticamente es inexistente. Y son más dos años así.

Aunque mi marido colabora o hace tareas, al final la mayor parte recae sobre mi. Lu se acostumbra a quien le suele hacer las cosas, así pues mamá le cambia el pañal, mamá le viste, mamá le da la comida, mamá le baña... Y papá, no. Ya lo deja él muy claro.
Son algo más de dos años. La cosa, por supuesto, ha mejorado. La dependencia cada vez va siendo menor y al menos ahora nos permite estar unos pocos minutos sentados en el sofá leyendo o mirando el facebook en el móvil.

Tal vez este verano, podamos escaparnos y tener un día entero para nosotros, sin hacer gestiones, sin tareas, sin obligaciones.
Y sino, tendremos que seguir esperando.

En la foto, Lu.

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