sábado, 30 de septiembre de 2017

Mudarse con bebés

Este fin de semana hemos hecho la cuarta mudanza en el año y medio de Lu. Cuando me quedé embarazada estábamos en Chile pero nos vinimos a parir a Madrid. La razón principal es porque así estaría la familia con nosotros y nos podían echar una mano. También pensaba que si decidía quedarme en Chile tendría una alta probabilidad de que el parto fuese cesárea. El porcentaje de cesáreas es altísimo y obedece en numerosas ocasiones a comodidad del médico. El ginecólogo no va a estar esperando 13 horas a las 2 de la mañana, te dan cita para X día y a una hora que le venga bien y listo. Ya hablaré sobre esto en otro post.
El caso es que Lu es madrileño y no chileno. Los primeros meses los pasó en la que fue la casa de mi abuela paterna y que se encuentra al lado de la casa de mi madre. ¡Gracias a Dios! Yo me sentía totalmente desbordada con un bebé que no dormía, que no le gustaba estar tumbado y que no quería succionar del pecho adecuadamente. Mi marido ayudaba pero tener a mi madre cerca le quitó de la tarea de hacer comidas, entre otras cosas. Y por entonces yo devoraba y lo mejor es que no engordaba.
Tras los siete meses de baja maternal (6 meses que hay en Chile + vacaciones) volvimos. Hicimos el viaje de regreso esta vez con Lu en brazos y no en la barriga. Afortunadamente allí nos esperaba la casa donde habíamos estado viviendo, con sus enseres, muebles y ropa. Aunque ya sabéis que viajar con un bebé siempre implica un despliegue por pocas cosas que pretendas llevar: Pañales, toallitas, algún juguete, comidas varias, agua, ropa de recambio, el carricoche, la mochila de porteo, etc. Así pues Lu cambió de casa, de estación y de gente a su alrededor.
Después me salió trabajo en Murcia, por lo que volvimos. Primero a Madrid, a nuestra casa, no a la que fue la casa de mi abuela, porque me retrasaron la incorporación. Y ya cuando pude firmar el contrato, alquilamos la primera casa que encontramos. No estaba muy mal y podíamos entrar "para ya", algo indispensable en ese momento. Nos quedamos sorprendidos con la poca oferta y la mucha demanda de alquiler que hay en Murcia cuidad. No era nuestro piso ideal y sabíamos que tarde o temprano nos cambiaríamos.
De repente nos llegó el anuncio de un piso. Tenía buena pinta, estaba en una zona que nos gustaba y bien de precio. Fuimos a verlo y pensamos que no íbamos a encontrar algo mejor. Yo quería intentar sacar a Lu de su habitación y en el piso en el que estábamos no podía, porque la que sería su habitación tenía cables sueltos y una puerta-ventana que no cerraba bien, entre otras cosas. Así que aún perdiendo la fianza porque nos íbamos antes del año, decidimos alquilarlo. Hubo que ser rápido en decidirse, porque como digo, los pisos de alquiler en Murcia vuelan.
De nuevo a hacer cajas. Menos mal que no habíamos acumulado mucha historia. Pero entre sábanas, cacerolas, útiles de limpieza y de baño, etc empiezas a llenar y no terminas. Y después saca todo de nuevo.
Básicamente hemos hecho esta operación cuatro veces. Alguna con cajas de cartón y otras con maletas (de Chile a España, por ejemplo). Es agotador. Tienes que aprovechar las tardes después del trabajo y los fines de semana. El niño está contigo y hay que atenderlo, jugar con él y vigilarlo mientras intentas meter alguna cosa en las cajas (y ahora que es más mayor, que no las saque él luego). Viene detrás tuyo protestando porque no le estas haciendo caso. Además se excita. En la nueva casa va de un lado a otro, coge algo y lo suelta, te dice que le lleves a tal sitio, que le subas a la silla, que toques este botón, etc. y mientras intentas colocar la ropa como puedes, en la primera balda del armario que tienes más a mano. Intentas que se distraiga con algún juguete y que se siente un par de minutos, pero es más interesante descubrir qué hay en cada esquina de la nueva casa, que además aún está sin protectores de enchufes.
Recomendaciones al mudarse según mi experiencia: empezad a hacer cajas al menos una semana antes y con calma. Meted cosas según prioridad y poniendo lo que contiene fuera: por ejemplo, ropa de invierno prioridad baja, enseres de baño prioridad alta. Si se puede, id llevando cosas a la nueva casa en los días previos (en caso de que no tengáis contratado un servicio de transporte). Preparad varias comidas para sólo tener que calentar y aprovechar al máximo el tiempo. Si tienes oportunidad, que te echen una mano: sería ideal que pudiesen pasear al niño mientras tu subes o colocas las cosas. Si te pasa como a mí, que tienes un niño de alta demanda que quiere estar todo el día en la calle y reclama tu atención en todo momento, y eres la única que conduce y por lo tanto la que tiene que ir transportando todas las cajas, pues paciencia. Lo digo yo que acabo muy alterada y cansada y al final despotricando por todo y a todos.
En la foto, algunas de las cajas en nuestra nueva casa.

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